miércoles, 27 de febrero de 2013

Viaje y Maratón de Sevilla, 22-24/2/13.

Con la maleta cargada de ilusiones, el pasado viernes 22 de Febrero inicié mí viaje a Sevilla para hacer realidad un sueño, correr mi primer Maratón. Tras varios contratiempos surgidos previos al viaje, acuerdo con el compañero Javier "Espíritu González" (y con su libro "De Patrulla con Filípides", ambos inseparables) desplazarnos en su vehículo.
 
 
El viernes sobre las 21 horas llegábamos a Sevilla, el hotel elegido "Tryp Macarena" resultó ser la elección perfecta, completamente volcado con la organización y preparación del Maratón, coincidiendo en el mismo con los ganadores finales de la prueba (masculina y femenina) y con los dos más grandes maratonianos que ha dado este país, Martín Fíz y Abel Antón.
 
 
 
Después de instalarme, una cena abundante en hidratos y un paseo por el precioso centro histórico de Sevilla, era hora de irse a la cama, el fin de semana iba a ser intenso y emocionante.

                                           
El sábado por la mañana tocaba ir a por el dorsal, la feria del corredor, sin estar mal, no fue lo mejor de esta prueba, ni considero que estuviera a la altura de lo que los nuevos organizadores quieren para el maratón de Sevilla. Al menos tuvimos la oportunidad de conocer a Martín Fiz y fotografiarnos con él. Recogido el dorsal y tras una pequeña visita al  Estadio Olímpico con mí compañero de entrenamiento y amigo Miguel Ángel, nos fuimos a comer, esta vez decidí probar el tapeo típico de la ciudad, dejando los hidratos para la cena de la noche. 
 
 
 
Después de una buena tarde descansando las piernas y unos minutos de reflexión y recogimiento en  la Basílica de la Macarena, situada a  un minuto del hotel andando, disfrutamos de una exquisita cena de pasta con algunos de los compañeros del club que andaban desperdigados por Sevilla (Fernando Quesada y Javier Ruiz), vuelta al hotel y a dormir, había llegado el día.
 
 
 
A las 6 horas de la mañana sonaba el despertador, a pesar de los nervios, había conseguido conciliar el sueño y me desperté en perfectas condiciones. El resto de compañeros me esperaban en el restaurante del hotel para el desayuno. Sobre las 7.30 horas salimos para el Estadio, Sevilla amanecía fría en esos momentos pero tendríamos buena mañana para correr. Con la llegada al estadio me dí cuenta de que un Maratón no es una carrera cualquiera, es "La Carrera" más especial y mágica que existe, todo es diferente con respecto al resto de carreras y sólo estando ahí se puede entender como 7.000 tipos llevan varios meses entrenando duro para recorrer la distancia sagrada.
 
 
En el cajón de salida asignado coincidí con el compañero Javier Ruíz, todo un maratoniano veterano que me dio las últimas pautas a seguir y que un novato como yo debiera de saber antes de empezar en esta "locura" de  correr maratones, gracias compañero!. A las 9 horas llegó el momento, la suerte estaba echada, los deberes hechos y sólo un plan, disfrutar y terminar la carrera sano y salvo, y si todo esto se hiciera por debajo de las 4 horas, entonces habría salido perfecto.
 
 
 Mis sensaciones al empezar a correr eran indescriptibles, el ambiente que reinaba fantástico, miles de personas corriendo a tu alrededor, compartiendo y disfrutando de esta pasión que tan enganchado me tiene. Con el paso de los kilómetros, ese ambiente previo y festivo iba dejando paso a otro ambiente mucho más sereno, las caras ya no eran las mismas, el cansancio iba haciendo acto de presencia y cada uno buscaba su ritmo y su sitio para centrarse en su historia.... la mía personal, los seguidores de este blog ya la conocéis.
 
 
A mí paso por la Media Maratón todo seguía según lo previsto, sin mirar el reloj ni obsesionarme con marca alguna, conservador en el ritmo de carrera sabiendo que aún quedaba un mundo por delante e hidratándome correctamente en todos los puestos de avituallamientos fijados durante el trazado. Algunos de mis compañeros de viaje se habían quedado atrás y otros sin embargo iban por delante, yo tenía claro como debía seguir y no dejarme llevar por las emociones.
 
 
Con el kilómetro 30 llegamos a la parte más bonita del recorrido, el fantasma del famoso "Muro" lo tenía muy presente pero de momento sólo era eso, un fantasma, y así nos adentramos en el Parque de María Luisa y su impresionante Plaza de España, que por unos instantes consiguió que me olvidara de que estaba corriendo un maratón y me centrara más en el bello marco incomparable que tenía ante mis ojos. Dicho espectáculo visual y el fuerte apoyo de la gente, que durante casi todo el recorrido animaba sin parar, me ayudaron a que pasara esos momentos críticos sin demasiado sufrimiento, lo peor llegaría mas tarde.
 
 
Entrando ya en la zona de La Cartuja, exactamente kilómetro 39, mí cuerpo dijo basta, se acabó la gasolina, las piernas ya no me iban y por delante aún me quedaban 3 kilómetros que parecieron 300, ya no me valía nada, ni el ánimo de la gente, ni el agua o la bebida isotónica que ingería, iba sufriendo y en esos momentos ya sólo quería ver el estadio, terminar y cumplir el objetivo. Con la entrada al Estadio Olímpico, me afloraron tantos sentimientos en mí interior que necesitaría demasiadas líneas para explicarlos, en 3 horas 52 minutos y 16 segundos de tiempo real, crucé la gloria.
 
 
En definitiva, todo se lo debo a ella, a mí madre, ella es la fuente de energía que me motiva para correr, allá donde esté sigue mis pasos y estará contenta con este nuevo reto conseguido, alumbrándome y dándome fuerzas, como siempre hace, para que esto sólo haya sido el comienzo. Pero tampoco quiero olvidarme de otra persona, sería injusto hacerlo, me refiero a mí pareja, la madre de mí hijo, la que me aguanta día a día mis cambios de humor, mis agotados días de trabajo y entrenamiento, siempre con respeto y comprensión.
 
 
Una experiencia inolvidable, mágica, ya puedo decir con orgullo que he cumplido el sueño de ser un maratoniano, convencido de que a partir de ahora ya nada será lo mismo.

Un saludo.

miércoles, 20 de febrero de 2013

II Carrera de Valladolises, 17-02-13.

Después de una ejetreada semana repleta de actos preparatorios para la próxima Semana Santa, sin tiempo casi para poder salir a entrenar y junto a un nuevo resfriado que me ha seguido durante algunos días, me presenté en Valladolises por segundo año consecutivo y acompañado de algunos miembros de mí club. Este año la carrera presentaba nueva distancia y nuevo recorrido, con respecto a la edición del año pasado.
Con varios minutos de retraso, algo que viene siendo habitual en las últimas carreras disputadas, se dio el pistoletazo de salida. Casi 200 corredores íbamos a cubrir la nueva distancia de 10 Km fijada por la organización, sobre un recorrido "feo", con largas rectas que parecían no acabar nunca, llegando a rodear el Aeropuerto de Corvera, cuya torre de control se erigía imponente y desolada ante los corredores que por allí pasábamos.
Bastante cargado de Frenadol, con la seguridad de que hubiera dado positivo en cualquier control antidoping que se me hubiese hecho, intenté salir fuerte para ver si bajaba mí marca del pasado domingo en San Javier, craso error, no habíamos llegado ni al primer kilómetro cuando me percatè de que las piernas no me iban, notaba flojedad y decidí replantearme el plan de carrera, bajar el ritmo y esperar a recuperarme en la parte final de la carrera. 
Conforme iban pasando los kilómetros empecé a recuperar buenas sensaciones, quizás la pájara hubiera sido consecuencia de pocas horas de sueño y un escaso desayuno, pero gracias a dios me repuse y la segunda mitad de la carrera conseguí hacerla a un ritmo que oscilaba entre los 4´10 y los 4´20 el kilómetro. La parte final del recorrido era más asequible e incluso con pendiente descendiente hasta entrar nuevamente en la localidad de Valladolises, finalmente con un tiempo de 43´23" (a 4´20" min/km) llegué a meta, después de todo, sólo 4 segundos peor que el pasado domingo en San Javier. Me gustaría destacar el carrerón de mí amigo y compañero de club Javier Alcaraz, que consiguió su mejor marca personal en la distancia, pulverizando su anterior marca en San Javier en más de dos minutos en sólo una semana.
Después de tres fines de semana seguidos de competición, entramos en la semana final, este próximo viernes me desplazaré  a Sevilla y el próximo domingo disputaré mi primera Maratón, será mí momento culminante desde que este vicio de las carreras populares me contagió por completo hace casi ya dos años. Recorriendo las preciosas calles de la capital hispalense, tendré la total seguridad de que tanto esfuerzo y sacrificio durante todo este tiempo, habrá merecido la pena, y cuando cruce la línea de llegada pensaré en mí madre, que desde el cielo seguro  me estará dando fuerzas y animando,  para dedicarle esta victoria porque es suya también.

miércoles, 13 de febrero de 2013

La San Valentín (San Javier), 10-2-13.

Sólo quedan 10 días para el gran objetivo de la temporada, el Maratón de Sevilla, casi todos los deberes están ya hechos y cada vez queda menos para comprobar si las duras jornadas de entrenamiento han servido de algo, reconozco que empiezo a tener cierta ansiedad y nerviosismo, ya que por un lado estoy deseando que llegue el día 23 y empezar a correr pero, por otro lado, sé que no estoy en mí mejor momento, llegó bastante justo de forma y con menos kilómetros de los deseados, que sea lo que mí Jesús Nazareno quiera, y nunca mejor dicho, ahora que empezamos con el periodo cuaresmal.
 
Pero antes, el pasado domingo tocaba un nuevo test preparatorio, La San Valentín 2013, una carrera ya bastante popular, que se celebra en San Javier y en la que por segundo año consecutivo he competido. Este año había algunas novedades respecto del año pasado tanto en la salida como durante la parte final del recorrido. Casi 800 corredores nos presentamos en la Pista de Atletismo en una mañana espléndida para correr.
 
 
El trazado de la prueba consistía de 10 kilómetros archiconocidos ya entre los que hemos corrido en numerosas ocasiones por esta zona, un recorrido bastante cómodo, la primera parte tiende a descender hasta llegar al paseo marítimo de Santiago de la Ribera y la segunda parte sube ligeramente hacía la localidad de San Javier. Después de una durísima Media Maratón de Mazarrón disputada el pasado domingo y que me dejó durante unos días un tanto machacado muscularmente, la idea era ver como poco a poco iban respondiendo las piernas, desde la misma salida me encontré bien, tenía buenas sensaciones y ninguna molestia importante que me impidiera llevar un ritmo vivo de inicio.
 
 
A ritmo de 4´20" el kilómetro, conseguí mantenerme sin imprevistos de ningún tipo ni mucho sufrimiento durante toda la prueba, poco a poco fui remontando posiciones, hasta plantarme en la línea de meta en una decente posición 37 de mí categoría, con un tiempo de 43´21".
 
 
Destacar dos datos significativos, en primer lugar, mi más sincera enhorabuena a la nueva inicitiva alcanzada por la Federación Murciana de Atletismo con su Challenge Running, o lo que es lo mismo, una liga de carreras populares por toda la geografía murciana, para que todos los frikis de este deporte (entre los que claramente me incluyo) podamos disfrutar con una aspiración o motivación más, si cabe. En segundo lugar, dicha San Valentín ha sido la primera carrera dentro del calendario de la Challenge Running previsto, siendo dominada con una superioridad casi insultante por el atleta murciano Raúl Guevara, al que no tengo el gusto de conocer personalmente, aunque sea un claro referente dentro de este mundillo tanto a nivel regional como nacional, ganando esta primera prueba a varios minutos del resto de corredores.
 
En definitiva, una nueva ocasión para saludar a los compañeros del club, disfrutar de este maravilloso deporte y seguir compartiendo buenos y enriquecedores momentos.
 
 
La semana que viene correré en Valladolises otro 10.000 y ya todo quedará visto para sentencia de cara al Maratón de Sevilla, el cual como podéis esperar, os contaré aquí al más mínimo detalle, hasta la próxima... saludos!!.

lunes, 4 de febrero de 2013

MEDIA MARATÓN BAHÍA DE MAZARRÓN, 3-2-13.

En una mañana más propicia para quedarse en la cama calentito, durmiendo o en otros menesteres, mí compañero de club Miguel Ángel, y un servidor, pusimos rumbo hacia el Puerto de Mazarrón. Era la segunda vez en pocos meses que iba a correr en esta zona del litoral murciano, aunque en esta ocasión, las condiciones iban a ser muy diferentes y mucho más duras.
 
 
A las 9.30h nos plantamos en la zona de salida, nos costó horrores salir del coche ya que la imagen que se veía de fuera casi asustaba, viento huracanado, tormentas de arena y una sensación térmica bastante baja, condiciones climatológicas que nos acompañarían durante gran parte del recorrido. Tras la recogida del dorsal, vuelta al coche para hacer nuevamente los remolones, un cafelito para entrar en calor y la foto del club (a la que casi llego tarde nuevamente), todo estaba listo para mí primera Media Maratón de la temporada.
 


Después de unos minutos de retraso y un cambio de recorrido de última hora, a causa de los estragos que el fuerte viento estaba haciendo en la señalizaciones de carrera, empezamos a correr. El plan de carrera estaba claro, llevar un buen ritmo pero sin machacarnos, ni aspiraciones de marca alguna, el Maratón de Sevilla está a la vuelta de la esquina y el objetivo era ir acumulando kilómetros.
 
 
La primera parte de la carrera fue transcurriendo dentro de lo previsto, aunque quizás hubo tramos en los que fuimos más rapido de lo deseado, entre 4´20" y 4´30" durante bastantes kilómetros, atrevimiento del que en la parte final de la carrera nos acordaríamos. El viento casi siempre pegaba de cara, con el consiguiente esfuerzo extra que dicho hecho ocasiona, a pesar de todo, llegué a la mitad de la carrera con buenas piernas y con algo de gasolina en la reserva.
 
 
Atravesadas las playas de Bahía y de Playa Grande, llegamos a la zona de Bolnuevo, la parte más complicada de la carrera y  en donde el fuerte viento arrastraba abundante arena, un nuevo impedimento más. Con la ciudad encantada de Bolnuevo de fondo, cambiamos de sentido de vuelta nuevamente al Puerto de Mazarrón. Aliviado por llevar el viento ahora a favor, me animé a subir el ritmo un poco más y apreté apurando las reservas que había guardado. Durante algo más de 5 kilómetros llegué a rodar cerca del 4´10".
 
 
Con la llegada nuevamente al Puerto de Mazarrón, enfilamos los últimos kilómetros de la carrera, eternos e interminables, mí estado de forma sigue lejos de lo deseado, y sin que estuviera previsto, al final he acabado sufriendo. Con un tiempo de 1h 37´ 16" he llegado a meta. Casi dos minutos peor que mí última media en Molina de Segura, allá por el mes de Octubre y antes de que un ser llamado Marcos, de 2 meses de edad y casi 6 kg de peso, llegara para cambiar mí vida para siempre. En definitiva, un buen test para darnos cuenta de lo que nos espera en Sevilla.
 
 
Me despido ya, sé que tengo el blog un poco abandonado últimamente pero creedme que tengo mis razones de peso. Son las dos de la madrugada, y a pesar de estar completamente fundido, aquí sigo escribiendo, le he prometido a mí compañero Miguel Ángel que tendría la crónica antes de mañana y el Corredor Nocturno no falla nunca a sus seguidores jejeje. Lo siento compi, seguramente ya estarás durmiendo pero me ha sido imposible ponerme antes. Próxima carrera, el domingo que viene en la San Valentín de San Javier, como siempre, aquí estaré contándolo todo, sea la hora que sea...saludos!.